Las mujeres y la entrada en terapia

Hay muchos que piensan que son mas las mujeres que los hombres quienes buscan terapia. En mi experiencia, si, es cierto, pero no es una diferencia muy grande. Lo que si he notado es que, en dependencia de la edad, su estadia en el tratamiento es mas o menos larga. La edad ideal suelen ser los 30 años (mas o menos) y la queja es casi siempre la misma: no encuentro pareja, se me acerca la edad "peligrosa", tengo miedo del "reloj biologico". Antes de los 30, digamos a principio de los 20, una mujer suele venir porque ha fracasado en una relacion importante pero se marcha despues de un corto tiempo. Tanto a hombres como a mujeres, les falta haber tenido el suficiente numero de fracasos para que, construida la serie, se pregunten por la ley que la ordena. Es decir, solo que han repetido la misma historia varias veces es que pueden acercarse a la terapia con la pregunta de "que pasa conmigo, eh..? que pasa que repito la misma historia..?". A principio de los 20, uno tiene la impresion de que ese fracaso fue "pura casualidad", que uno es dueño del destino, que se esta en control, y ahi no hay entrada para la terapia. Mucho menos para el analisis.

Esa entrada de finales de los 20 o principios de los 30, esta marcada por la angustia, por el miedo a no llegar a puerto. Contrasta mucho con lo que sucede a finales de los 30, donde aparece el hastio, la depresion, y el miedo a haber perdido la llave de la felicidad, como aquel que dice. Mas alla de los 40, encontramos los temas de divorcio, separacion, los hijos, las finanzas en comun. Aparecen tambien, a finales de los 30 (y mas alla tambien) el gran tema de lo que en ingles llaman las "blended families", la "mezcla" de los hijos de ambos, con los abuelos, los parientes de 4 lugares posibles pues los padres se han vuelto a casar. Son raras las personas que llegan en los 50 pues en ese punto ya se ha formado un "know how", un saber vivir dado por haber sobrevivido toda una serie de batallas, aparecen las heridas mal cerradas pero que ciertamente ya no sangran, se han hecho cicatriz. Aparece el cinismo, el "yo me las se todas", no hay angustia, no hay preguntas, solo respuestas. No tiene sentido, entonces, dirigirlas a un "otro" como es el caso del terapeuta.

No siempre es asi el caso, hay quienes nunca se dejan hacer cicatrices. Por eso me gusta tanto ese poema de Nogueras que dice "me hice viejo pero no sabio", si uno no deja espacio para ser herido...tampoco deja espacio para encontrarse con el otro.


OJO, PINTA



Me hice viejo

pero no sabio.

Todo lo que aprendí sobre el amor

de nada me sirvió.

Todo lo que vi en el corazón de las mujeres

no era todo lo que había en el corazón de las mujeres.

Con las piedras que tropecé

no volví a encontrarme;

otras nuevas me hicieron caer.

Cuando me aparté diciendo

esa perra ya me mordió

entonces

me mordió una gata.